miércoles, 7 de abril de 2021

EL PUEBLO VIEJO DE BELCHITE Y LA HISTORIA DE ÁNGELES, LA MADRE DE JOAN MANUEL SERRAT.

 


En la guerra civil, Belchite fue tomado por los dos bandos. Ganado y perdido tabique a tabique, a bayoneta desnuda. Poco antes de la última batalla, unos padres envían a su hija, una niña llamada Angelines, a casa de sus tíos, para advertirles de que están entrando en el pueblo los nacionales. Cuando llega, descubre que han sido asesinados. Vuelve a casa y se encuentra a sus padres muertos. Angelines comienza a correr bajo el fuego cruzado, se aleja del pueblo, atraviesa la llanura y siguiendo los raíles del tren termina llegando a Barcelona. Años después, contrae matrimonio con Josep Serrat, un anarquista catalán represaliado. Viven en Poble Sec y allí les nace un niño que terminará siendo conocido como Juan Manuel Serrat. Serrat volverá a Belchite siendo un infante y sus recuerdos los refleja en una tierna canción titulada "Mi niñez".

"PARA SERRAT".
Autor: Manuel Vicent.
Publicado en el diario "El País", de 21 de marzo de 2010.
A través de un paisaje recio del profundo Aragón, por la carretera que va de Teruel a Zaragoza, por Utrillas y Hoz de la Vieja, llegué al antiguo pueblo de Belchite, que conserva intactas todavía las ruinas de la Guerra Civil. Los espectros de las iglesias bombardeadas y las calles cegadas por los escombros han quedado como testimonio de aquel encarnizado horror. En este viaje tuve que hablar de literatura a alumnos de secundaria entre la algarabía de unas aulas de instituto llenas de adolescentes cuyas hormonas se hallaban disueltas en el aire de una primavera explosiva. Probablemente todos ignoraban la tragedia que sufrieron sus antepasados sobre aquella tierra adusta. Yo mismo, en lugar de hablarles de héroes de ficción, pude haberles contado una historia real. Belchite fue tomado por los dos bandos de la Guerra Civil, ganado y perdido tabique a tabique con la bayoneta desnuda. Poco antes de iniciarse la última batalla, unos padres mandaron a su hija, una niña llamada Ángeles, que fuera a decirles a sus tíos que estaban entrando en el pueblo los nacionales, pero cuando llegó a casa de sus tíos, los nacionales ya los habían fusilado, a ellos y a otros parientes. La niña volvió a su casa y se encontró con que sus padres también habían sido asesinados. Viéndose sola con toda su familia exterminada comenzó a correr bajo el fuego, dejó el pueblo atrás, atravesó la llanura, se perdió por los montes y no cesó de caminar junto a los bruñidos raíles del tren hasta llegar a Barcelona. Años después esta adolescente se casó con un anarquista catalán represaliado, que se llamaba Josep Serrat; la pareja vivió en el Poble Sec entre gente vencida y allí les nació un niño, que con el tiempo sería un insigne artista muy famoso. Joan Manuel Serrat acaba de crear unas canciones sobre versos de Miguel Hernández, otro ser inocente, muerto en una cárcel franquista, aplastado por el fanatismo de un tiempo atroz. Pude haberles contado a aquellos alumnos de literatura que sobre las ruinas descarnadas del viejo Belchite la primavera estaba depositando algunas flores sencillas, del mismo modo que han germinado en la voz de Serrat muchas palabras de amor desde el terror de aquella niña que huyó de la sangre y llegó al mar a través de una tierra muy dura.

MI NIÑEZ. JOAN MANUEL SERRAT. Tenía diez años y un gato Peludo, funámbulo y necio Que me esperaba en los alambres del patio A la vuelta del colegio. Tenía un balcón con albahaca Y un ejército de botones Y un tren con vagones de lata Roto entre dos estaciones. Tenía un cielo azul y un jardín de adoquines Y una historia a quemar temblándome en la piel. Era un bello jinete Sobre mi patinete Burlando cada esquina Como una golondrina Sin nada que olvidar Porque ayer aprendí a volar, Perdiendo el tiempo mirando el mar. Tenía una casa sombría Que madre vistió de ternura Y una almohada que hablaba y sabía De mis sueños de ser cura. Tenía un canario amarillo Que al viento trinaba sus penas Oyendo algún viejo organillo O mi radio de galena. Y en julio, en Aragón, tenía un pueblecillo, Una acequia, un establo y unas ruinas al sol. Al viento los ombligos Volaban cuatro amigos Picados de viruela Y huérfanos de escuela, Robando uva y maíz, Chupando caña y regaliz. Creo que entonces yo era feliz. Tenía cuatro sacramentos Y un ángel de la guarda amigo Y un "Paris-Hollywood" prestado y mugriento Escondido entre los libros. Tenía una novia morena Que abrió a la luna mis sentidos Jugando los juegos prohibidos A la sombra de una higuera. Crucé por la niñez imitando a mi hermano. Descerrajando el viento y apedreando al sol. Mi madre crió canas Pespunteando pijamas, Mi padre se hizo viejo Sin verse en el espejo, Y mi hermano se fue De casa, por primera vez. Y con quién?, y ¿dónde fue mi niñez? MÚSICA Mi niñez. Youtube
Blue nights de Juan Sánchez.
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FOTOGRAFÍAS BIBLIOTECA DIGITAL HISPÁNICA.
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FOTOGRAFÍAS A COLOR Y EDICIÓN DEL VÍDEO
Mario Maganto Berdejo.

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