lunes, 4 de abril de 2022

LAS PINTURAS DE CLAUDIO COELLO AGONIZAN EN LA IGLESIA DE LA MANTERÍA, DE ZARAGOZA.

 

Allá por el año 1683, Claudio Coello llega a la ciudad de Zaragoza con el propósito de pintar el interior de la Iglesia de Santo Tomás de Villanueva, templo que forma parte de un conjunto arquitectónico integrado por el convento del mismo nombre y por un colegio de estudios superiores.
Integrante de la Escuela Barroca Madrileña, Claudio, que se ha formado con Francisco Rizi, es nombrado en ese mismo año pintor de Cámara del rey Carlos II.
Coello es uno de los más experimentados muralistas de la época, ya que, en colaboración con José Jiménez Donoso, tiene oportunidad de embellecer palacios e iglesias, como la Casa de la Panadería, en Madrid, o el techo del vestuario de la Catedral de Toledo, por citar algunos ejemplos.
A los 41 años de edad, Claudio se encuentra en plena madurez personal y artística; en condiciones de asumir el reto de pintar en su totalidad el templo zaragozano, desde el zócalo hasta la más elevada de sus cúpulas, tarea que le mantiene ocupado durante los años 1683 y 1684.
Al llegar a la Mantería, barrio así llamado por ser el lugar en el que desarrolla su trabajo el gremio de los manteros, Coello contempla una pequeña iglesia barroca, de recientísima construcción, con fábrica de ladrillo caravista y dos plantas, cuya fachada se remata con un frontón curvo y dos pequeñas torres laterales.
El interior del templo es de una sola nave y planta de cruz latina, conformada por tres tramos cupulados, el crucero y el ábside.
Las cúpulas, todas con linterna, descansan sobre tambores ovoides, salvo la esférica del crucero, que apoya sobre un tambor octogonal.
El coro se sitúa en la pared opuesta al altar, y en los costados del presbiterio se abren tribunas cerradas con celosías, y en el lado de la epístola la puerta de acceso a la sacristía.
Colaboran con el maestro algunos artistas locales.
Cuando el artista tiene conocimiento de que su alumno más destacado, Sebastián Muñoz, ha regresado de Italia, en donde ha pasado varios años formándose en la escuela de Carlo Maratta, le requiere para le ayude en la decoración de la Iglesia de la Mantería.
Es entonces cuando el genio de ambos artistas se manifiesta de manera desbordante, comenzando a llenarse paredes y bóvedas de flores, frutos, guirnaldas, cortinajes, angelotes con fisonomía infantil, balaustradas, santos, y delicadas composiciones arquitectónicas, que tratan de transmitir al espectador sensación de volumen.
Entre tanta efusión de color, no resulta complicado identificar la parte del conjunto que sale de los pinceles de uno y otro autor.
Los Santos Patricio, Fulgencio, Alipio y Simpliciano, así como la ascensión a los cielos de Santo Tomás de Villanueva y las restantes imágenes de la cúpula central y de los lunetos, son fruto de la inspiración de Coello.
Muñoz, con licencia del maestro, que le permite desarrollar libremente su creatividad, hace un eficaz despliegue barroquista, de clara inspiración italiana, pero sin renunciar a la savia de la escuela castellana, de cuyas fuentes ha bebido.
Quedan ambos tan satisfechos con el trabajo realizado, que se toman la licencia de pintar sus retratos en la pared del presbiterio que comunica con la sacristía.
Y satisfechas quedan también las autoridades religiosas que han realizado el encargo, así como el Arzobispo de Zaragoza.
Durante algo más de un siglo, la Iglesia de la Mantería luce con todo su esplendor, como uno de los más significativos exponentes de la pintura mural del Siglo de Oro Español.
Francisco de Goya contempla las pinturas con toda seguridad, ya que pasa su infancia en la casa paterna, ubicada en la cercana calle de la Morería Cerrada, en el espacio que hoy ocupan las calles Morería y Teniente Coronel Valenzuela, desembocando esta última en la Plaza de San Roque, en la que se levanta la iglesia.
El declive comienza con la Guerra de la Independencia y se agudiza dramáticamente durante las desamortizaciones del Trienio Liberal y de Mendizábal.
El 1837, el inmueble en el que se ubica el colegio es destinado a usos militares, aunque durante años se utiliza como almacén, y posteriormente como correccional de mujeres.
La iglesia la abandonan los agustinos en 1835, utilizándose como granero y fábrica de harina, para abastecer a las tropas que intervienen en la primera guerra carlista.
Es en 1883, cuando las Escolapias Hijas de María, compran el colegio y la iglesia, reabriéndose esta última al culto en 1884.
Las religiosas realizan obras de reacondicionamiento y mejora del templo. En un momento dado, cubren con un enlucido de pintura uniforme las paredes de la iglesia, hasta la cornisa, desapareciendo de este modo lo que pudiera quedar de los murales de Coello y Muñoz.
La iglesia es calificada como monumento nacional en 1883, ratificándose tal reconocimiento por Decreto de 4 de enero de 1946.
A pesar de ello, el conjunto continúa deteriorándose, hasta que en virtud de un informe elaborado en 1949 por el Servicio de Defensa del Patrimonio Artístico Nacional, se inicia en 1950 un proceso de restauración, dirigido por César Prieto y Joaquín Ballesteros, que finaliza en 1955.
A partir de 1987 interviene el Gobierno de Aragón, acometiendo, en colaboración con otras instituciones públicas y privadas, actuaciones estructurales sobre el edificio, y de recuperación de las pinturas.
Los técnicos que intervienen a partir de entonces, coinciden en señalar que el tratamiento aplicado a las pinturas en 1950 es abusivo e inadecuado, lo que dificulta considerablemente las actuaciones posteriores.
El intento más serio de preservar los murales se inicia en diciembre de 1998, a través de la Escuela Taller "La Mantería", a la que se incorporan licenciadas en las Facultades de Bellas Artes y una licenciada en Química Analítica.
El 31 de mayo de 2001 se derrumba una parte de la cúpula del evangelio, resultando heridas dos personas que trabajan en la restauración.
A pesar de que en 2001, la Iglesia de Santo Tomás de Villanueva es declarada Bien de Interés Cultural, lo cierto es que, a día de hoy, continúa degradándose una de las joyas del barroco español, acaso porque las autoridades culturales aragonesas se sienten incapaces de diseñar un Plan Director que abarque las carencias estructurales, de humedades y de adaptación del espacio a las condiciones ambientales necesarias para garantizar la supervivencia de los magníficos murales que adornan el templo.
Murales, que una vez resueltos esos inconvenientes, deberían ser objeto de una definitiva restauración.
Si a las generaciones anteriores se les ha reprochado su incapacidad para preservar tesoros de nuestro patrimonio tan significativos como la Torre Nueva, la Aljafería, que a punto estuvo de desaparecer, la Casa de la Infanta, la Casa de Coloma o la de Torreflorida, quiera Dios que las futuras no tengan que recriminarnos la desidia con la que vimos desaparecer ante nuestros ojos la obra de Claudio Coello.
FUENTES DOCUMENTALES Y DE INTERNET.
Las pinturas de las bóvedas del convento de la Mantería de Zaragoza.
Manuel Chamoso Lamas.
Institución Fernando el Católico, de la Excma. Diputación Provincial de Zaragoza.
C.S.I.C.
https://ifc.dpz.es/recursos/publicaciones/01/05/_ebook.pdf
Guía Histórico Artística de Zaragoza.
Director: Guillermo Fatás.
Ayuntamiento de Zaragoza. Diputación Provincial de Zaragoza. Institución Fernando el Católico.
http://www.zaragoza.es/contenidos/cultura/publicaciones/10111.pdf
Informe sobre el proyecto de restauración de las pinturas murales de Claudio Coello, en la Iglesia de la Mantería (Zaragoza)
Rocío Gurrea-Nozaleda Carmona.
http://catalogos.mecd.es/opac/doc?
Convento San Agustín y colegio Santo Tomás de Villanueva en Zaragoza y la desamortización.
Fernando Campo del Pozo, OSA. Colegio de San Agustín. Zaragoza.
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2777306
Cuatro dibujos de Sebastián Muñoz para la Mantería.
Juan Carlos Gómez de Aragüete y Teresa Zapata Fernández de la Hoz.
"La Mantería". Revista de la Escuela Taller. Número 2. Noviembre 2000.
https://es.wikipedia.org/wiki/Iglesia_de_la_Manter%C3%ADa_(Zaragoza) Web "Hoy Aragón".
La Mantería: la capilla Sixtina de Zaragoza que sigue cerrada a cal y canto (y con pinturas en peligro).
Web "Lagarto Rojo".
La iglesia de la Mantería de Zaragoza, una obra maestra en peligro.
https://lagartorojo.es/2017/01/09/video-la-iglesia-de-la-manteria-de-zaragoza/
Web del "Heraldo de Aragón". La Mantería, 20 años de una restauración fallida e inacabada.
https://www.heraldo.es/noticias/ocio-cultura/2018/02/10/la-manteria-anos-una-restauracion-fallida-inacabada-1224126-1361024.html
FOTOGRAFÍAS.
- Imágenes de las alumnas integrantes de la Escuela Taller.
"La Mantería". Revista de la Escuela Taller. Números 1 y 2.
- Derrumbamiento en la iglesia de la Mantería.
Agencia EFE. Imagen obtenida a travez del "Gran Archivo Zaragoza Antigua".
https://www.flickr.com/photos/zaragozaantigua/24542564702/in/photolist-DoK4rh
PINTURAS.
Obras de Claudio Coello.
Óleos sobre lienzo.
El triunfo de San Agustín. Museo del Prado.
https://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Claudio_Coello_-_Susana_y_los_viejos.jpg
MÚSICA
Vals de Notaez.
Composición, arreglos e interpretación: Paco Santiago González.
Instrumentos. Guitarra solista, guitarra armonía-contrapunto, laúd y bandurria.
Youtube.
https://youtu.be/YQFXV4Tw9Bs
GUIÓN, FOTOGRAFÍA Y MONTAJE.
Mario Maganto Berdejo.

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